Las compañías de seguros de vida en Europa y en todo el mundo se enfrentan a importantes retos debido a la previsión de que los tipos de interés sigan siendo extremadamente bajos. Esto tiene implicaciones para los ingresos financieros, los requisitos de capital y la propuesta de valor de las aseguradoras de vida en productos de ahorro. Las nuevas normativas, como la NIIF 17, agravan aún más los retos. Algunos ejecutivos están considerando centrar sus esfuerzos en los productos vinculados a fondos de inversión, pero existen complicaciones para satisfacer las demandas de los clientes y los requisitos normativos.
Para navegar por esta nueva normalidad, las aseguradoras de vida deben considerar cuatro medidas clave:
1. Tirar de palancas tácticas: Se trata de aplicar medidas de alivio a corto plazo para hacer frente al reto de los tipos bajos. Por ejemplo, aplicar criterios de suscripción adicionales para los productos garantizados, revisar las políticas de precios, alinear la remuneración de los distribuidores con la economía de los productos, revisar las posibilidades de inversión y la asignación de activos, y proteger selectivamente el balance mediante contratos de reaseguro y derivados.
2. Evolución de la gama de productos: Las aseguradoras de vida deben ampliar su oferta de productos para satisfacer mejor las necesidades de los clientes. Esto incluye productos de inversión con soluciones de protección del capital, vehículos de ahorro para la jubilación y la exploración de nuevas coberturas de riesgo. La segmentación y el desarrollo de soluciones para los distintos segmentos del mercado son cruciales.
3. 3. Remodelar la trayectoria del cliente: Con el abandono de los productos garantizados, los canales de distribución deben replantearse los procesos de venta y asesoramiento. Esto implica adoptar formatos de venta digitales híbridos, ofertas personalizadas y aprovechar la tecnología, como plataformas de asesoramiento a distancia y por vídeo, chatbots y herramientas de automatización. La tecnología desempeñará un papel crucial en la mejora de la eficiencia y el cumplimiento de la normativa.
4. Adoptar medidas estructurales: Algunas aseguradoras de vida pueden necesitar tomar medidas más radicales para abordar los desafíos a los que se enfrentan. Esto puede incluir la transferencia de carteras de vida tradicionales a otras aseguradoras o actores especializados, la división de fondos segregados para adaptarse mejor a los perfiles de vencimiento, y la puesta en común de infraestructuras informáticas o la externalización de procesos de negocio para obtener economías de escala.
El momento de actuar es ahora, ya que los modelos de negocio tradicionales pueden no ser sostenibles en la nueva normalidad de bajos tipos de interés. Las aseguradoras de vida deben adoptar cambios profundos en sus modelos de negocio para adaptarse y prosperar a largo plazo. Las que reconozcan la necesidad de actuar y apliquen las medidas necesarias tendrán más probabilidades de triunfar y dar forma al sector en la próxima década.
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